Cuándo nos preguntan porqué nuestras clases son distintas, la respuesta es sencilla:
tratamos de hacer de cada encuentro de aprendizaje, un espacio entretenido, donde todos se sientan a gusto.
Y esto tiene una razón.
Trabajamos desde un enfoque pedagógico comunicativo real, no solamente teórico. Esto implica dar prioridad a la comunicación como eje del aprendizaje, de manera que cada uno, con el bagaje que posea pueda entrar en contacto con otros y hacerse comprender.
El enfoque comunicativo entiende que la comunicación es un proceso que se lleva a cabo con un propósito, entre uno o más interlocutores, en una situación concreta. Por ello no basta con que los alumnos cuenten con una cantidad importante de vocabulario y/o reglas gramaticales, sino que es necesario que aprendan a utilizar esos conocimientos en la interacción con otros, momento en el que se construyen los significados reales.
El modelo comunicativo implica que:
- La enseñanza se basa en que el alumno practique el idioma oral por sobre todas las cosas.
- Se parten de situaciones reales y no puramente teóricas (comunicación en un bar, un hotel, etc.).
- El centro de la clase es el alumno por lo que se minimiza el tiempo en que el docente habla.
- El libro de texto se considera un apoyo material importante pero no el eje del aprendizaje.
El profesor cumple roles que facilitan la interacción y cooperación entre los alumnos: analiza necesidades, crea situaciones de comunicación, organiza actividades, asesora, etc.
El carácter lúdico que posibilita esta manera de enseñar y aprender nos lleva a plantear juegos y dramatizaciones como parte fundamental de nuestras clases.